Ya empezamos y la verdad que con buen pie, en primer lugar quiero comentar lo poco que dormí el día 8 por dos razones, la primera: el avión salía a las 7:00, así que menudo madrugón y la segunda que me quitó el sueño fue cuando entregué la moto, pensé que me despedía de ella para siempre, ahora tengo que decir que fuí un malpensado, los porteadores se retrasaron mas de la cuenta y no fue hasta las 23:00 cuando llegaron a Torre del Mar, tuve que ir a buscarlos porque estaban bastantes perdidos, las obras también influyen, llegan en una furgoneta de alquiler sin ningún logotipo de empresa y hablando con ellos daban la impresión de que nunca habían manejado un GPS y que no tenían ni idea de donde estaba Barcelona, pensaban que en 5 o 6 horas estarían allí, menuda sorpresa les dí cuando les dije que estaba a 1000 km, me dieron un papel de resguardo de entrega y listo, jo! yo pensé, “que forma mas tonta de regalar una moto”.
El avión salió con puntualidad, chapó por Vueling, el viaje se hizo cortísimo, gracias también a la cabezada que por agotamiento nos pegamos, tocaba lo peor, la espera de la moto, muy pronto me llaman de la empresa dándome otro móvil de los transportistas porque se habían quedado sin batería con el que había comunicado antes, los llamo y me dicen que están a 40 km del aeropuerto, todo iba bien, desayunamos y esperamos la llegada, había quedado con ellos en el parking para la entrega, cuando a Ela le surge la duda “¿Cómo vamos a sacar la moto del aparcamiento sin tener ticket? Pues menuda duda, nos vamos a información del parking y parece que nunca había ocurrido, nos dicen que no puede salir y que la única solución es que me la entreguen en la puerta, pues nada, eso hicimos y todo fué estupendamente, tengo que nombrar la empresa de transporte (MIR-MOTOS) porque realmente lo han hecho muy bien, para las 11:00 ya la tenía de nuevo, habían tardado 12 horas y se habían parado para entregar otra moto y recoger una nueva.
Comenzamos el primer trayecto, el tiempo está algo inestable, amenaza lluvia, pero la temperatura es estupenda, unos 23 º C, tenemos que recorrer unos 160 km, el GPS nos guía hasta Figueras sin ningún contratiempo, las nubes desaparecen y al final no cae ni gota. A las 13:00 llegamos al hotel Los Angeles, bueno y con una estupenda situación, una duchita, un buen almuerzo y a visitar la ciudad, vemos la iglesia de Sant Pere, la Rambla con sus edificios modernistas y neoclásicos, el entorno del Carrer Magre, la Plaza del Ayuntamiento, el Castillo de Sant Ferran (que es la mayor fortaleza de Europa) y el Teatro-Museo de Dalí, ¡ que pasada! solo por la visita de este último creo que merece la pena toda nuestra estancia en Figueras, los que ya lo conoceís seguro que me dais la razón, precioso, precioso y precioso, casi gasto todo el carrete de fotos ahí.
El avión salió con puntualidad, chapó por Vueling, el viaje se hizo cortísimo, gracias también a la cabezada que por agotamiento nos pegamos, tocaba lo peor, la espera de la moto, muy pronto me llaman de la empresa dándome otro móvil de los transportistas porque se habían quedado sin batería con el que había comunicado antes, los llamo y me dicen que están a 40 km del aeropuerto, todo iba bien, desayunamos y esperamos la llegada, había quedado con ellos en el parking para la entrega, cuando a Ela le surge la duda “¿Cómo vamos a sacar la moto del aparcamiento sin tener ticket? Pues menuda duda, nos vamos a información del parking y parece que nunca había ocurrido, nos dicen que no puede salir y que la única solución es que me la entreguen en la puerta, pues nada, eso hicimos y todo fué estupendamente, tengo que nombrar la empresa de transporte (MIR-MOTOS) porque realmente lo han hecho muy bien, para las 11:00 ya la tenía de nuevo, habían tardado 12 horas y se habían parado para entregar otra moto y recoger una nueva.
Comenzamos el primer trayecto, el tiempo está algo inestable, amenaza lluvia, pero la temperatura es estupenda, unos 23 º C, tenemos que recorrer unos 160 km, el GPS nos guía hasta Figueras sin ningún contratiempo, las nubes desaparecen y al final no cae ni gota. A las 13:00 llegamos al hotel Los Angeles, bueno y con una estupenda situación, una duchita, un buen almuerzo y a visitar la ciudad, vemos la iglesia de Sant Pere, la Rambla con sus edificios modernistas y neoclásicos, el entorno del Carrer Magre, la Plaza del Ayuntamiento, el Castillo de Sant Ferran (que es la mayor fortaleza de Europa) y el Teatro-Museo de Dalí, ¡ que pasada! solo por la visita de este último creo que merece la pena toda nuestra estancia en Figueras, los que ya lo conoceís seguro que me dais la razón, precioso, precioso y precioso, casi gasto todo el carrete de fotos ahí.
1 comentario:
Jojojojoj!!! Juan Antonio, me hubiera gustado verte la cara de preocupación esperando la moto. He soltado una carcajada con el relato de los porteadores... jajajajaja!!!!! Me alegro mucho de que el viaje esté resultando tan bueno y sí, Figueres es precioso y algún día tengo que ir (he vivido en Gerona pero no conozco este pueblo). De las fotos, la mejor es la del dormitorio, ideal de la muerte. Uno de esos quiero yo más o menos.
Seguiré al tanto de vuestras andanzas.
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