29-abril-2012
“Fez (فـاس [Fās], en árabe, Fès
en francés) es la tercera ciudad de Marruecos, después de Casablanca y Rabat,
con una población de 946.815 habitantes según el censo de 2004 (gentilicio:
fasi o fasí). La ciudad de Fez es la capital del Islam en Marruecos, de la región
de Fez-Bulmán y de la prefectura de Fez. Está situada en la región antiguamente
llamada Hispania Nova. Sus coordenadas geográficas son 34°3′10″ N
4°58′58″ O. Es una de las cuatro ciudades llamadas imperiales junto
a Marrakech, Mequinez y Rabat. En Marruecos está considerada como el centro
religioso y cultural del país. Su universidad, famosa por el estudio del árabe
y la religión musulmana, la convierten en punto de paso de un gran número de
estudiantes marroquíes. La ciudad se divide en tres zonas, Fez el-Bali,
la zona antigua, dentro de las murallas, Fès el-Jdid, la zona nueva,
donde se encuentra la Mellah, el barrio judío, y la Ville Nouvelle
(Villa Nueva), la zona francesa en el noroeste de la ciudad. La medina de Fez
el-Bali (antiguo Fez), la mayor de las dos de la ciudad, es la mayor zona
peatonal del mundo, y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en
1981. Cuenta con calles laberínticas y al mismo tiempo es uno de los mayores
emplazamientos medievales que existen actualmente en el mundo, las puertas y
murallas que le rodean potencian su magnificencia.” (FUENTE MIKIPEDIA).
El hotel donde nos hospedamos
(Jardin Chrifa) está en la entrada de Fez el-Bali, situación privilegiada para
visitar quizás la zona más interesante de Fez, después de todos los avatares de
anoche tuvimos mucha suerte al encontrarlo, es acogedor y con una bonita
decoración. Anoche, mientras Sergio y yo estábamos en la recepción del hotel
Riad El Yacout, Ela y May no perdieron
el tiempo, pues no solo vigilaban las motos sino que también se encargaron de
negociar y contratar un guía que nos enseñara el laberinto de la antigua
medina, sin un guía es imposible adentrarse sin perderse en este inmenso mundo.
Tras un rico y suculento
desayuno en el precioso patio del hotel, ya con las pilas bien cargadas nos
disponemos a recorrer la antigua medina. A las 10 en punto, cosa extraña por la
puntualidad, aparece nuestro guía como ya anoche pactaron las chicas y nos
ponemos en marcha. Pasear por la medina es adentrarse en todo un mundo de
sensaciones, que embriagan a cualquier viajero pudiendo incluso llegar a
marear, recorremos un sinfín de
callejuelas angostas para pasar por un gran zoco de alimentación típico
marroquí, no apto para gente escrupulosa, seguimos por un mercado de artesanías
múltiples, bronce, plata, cuero, ropa, …, alguna que otra mezquita, una antigua
madraza (escuela religiosa islámica) bonita pero muy abandonada, alguna tienda
de perfumes y esencias naturales y quizás unos de los sitios más destacados:
los cuartos de curtidores de piel, una de las principales atracciones de Fez,
que conserva toda la esencia de antaño. Llegar hasta la zona de los curtidores
no sería fácil si no fuéramos con guía, se encuentra escondida entre las
bulliciosas calles, muy cerca de la mezquita principal de la ciudad
considerándose la zona artesanal por excelencia. Aquí se tiñen y secan las
pieles con las que se harán los artículos que se venden en Fez y en muchas
zonas de Marruecos. No en vano, Fez puede presumir de tener la mejor piel del
país. Pese al olor que desprende el lugar, en ocasiones puede provocar casi el
vómito, la visita de estos cuartos merece la pena, ofreciendo un paisaje de
vivos colores que se quedan en la retina. Los asnos trasladan hasta aquí las
pieles “frescas” de los animales muertos, para someterlas a un lento y costoso
proceso en el que la tiñen de varios colores, siguiendo los pasos como se hacía
varios siglos atrás, trabajo exclusivo de los hombres que entran en los hoyos
con tinte y de pie y descalzos, van amasando la piel. En general los turistas
visitamos la zona desde lo alto, en los balcones de las tiendas. El guía antes
de entrar nos ofreció un ramillete de yerbabuena para que al colocarlo sobre la
nariz pudiera hacer más soportable la visita, aunque realmente nos lo había
pintado tan mal que el mal olor no nos sorprendió tanto.
Tras
la larga visita al corazón de Fez regresamos al hotel agotados, descansamos un
rato antes de continuar, ya por nuestra cuenta, visitando la ciudad moderna, Ville
Nouvelle (Villa Nueva), para ir allí teníamos que buscar un taxi, aquí
nos surge un pequeño problema, la mayoría no están autorizados a montar cuatro
personas (los grandes no circulaban habitualmente donde nos encontrábamos), así
que solo nos quedaba la opción de coger dos, algo que no les agradaba mucho a
Sergio ni a May porque no se fiaban de perderse solos en esta gran urbe, u optar
por buscar un “taxi particular o ilegal”, elegimos esta segunda opción, más
emocionante, por supuesto con el previo regateo preceptivo, casualmente el
techo del coche que tomamos estaba empapelado con una bandera del Partido
Popular (PP), estos ponen cualquier cosa por no mostrar los desconchones del
viejo vehículo. Lo primero que hacemos es buscar un restaurante donde comer
algo, estábamos desfallecidos, después paseamos tranquilamente por una gran
avenida que atraviesa esta zona nueva. De regreso, ya sin pensarlo, cogemos un “taxi
ilegal” y en la plaza junto a nuestro hotel nos tomamos nuestro primer té
moruno, ¡qué bueno!, antes de volver al hospedaje.
1 comentario:
!Aún impresiona ver las fotos de las estrechas calles del mercado de Fez!!Qué olores, qué recuerdos, qué imágenes...!
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