3-diciembre-2011
Tras el desayuno de nuevo participo en el concurso de tiro con rifle, en esta ocasión quedo en segundo puesto, mi máximo rival de ayer (típico vaquero americano) estaba hoy muy fino. Nuestro hotel tiene preparada para esta jornada una fiesta en la playa, con paella incluida, sin muchas cosas más que hacer nos dirigimos allí sobre las 11:30, cuando llegamos nos encontramos que la paella estaba ya casi lista, en el hotel no hay muchos españoles y desde luego las horas de comer no son las mismas. Actúa también un grupo cubano y los animadores sacan a la gente a bailar, nosotros practicamos un poquito de merengue y bachata, sobre las 12 y viendo que la paella se acababa nos tomamos unas tapas con poca hambre, no estaba mal. En el mar ondeaba hoy bandera roja por el fuerte oleaje así que no pudimos probar de nuevo las cálidas aguas del Caribe. Ya por la noche conocemos a los sevillanos, menuda panda, curiosamente también hay dos gemelos, como los de León de los primeros días, pero al contrario que estos, parecían la reencarnación del mismísimo diablo, que malos eran, ellos y sus compis, nos tomamos algunas copas antes que se marcharan a la discoteca Coco Bongo en Playa del Carmen. Más tarde en el bar frente al escenario conocemos a una pareja de portugueses con los que hablamos un rato y a un francés “fanático deportista” con él estamos hasta altas horas de la noche, lo curioso es que apenas sabe español ni nosotros francés pero aún así entablamos una entretenida y larga conversación.
Tras el desayuno de nuevo participo en el concurso de tiro con rifle, en esta ocasión quedo en segundo puesto, mi máximo rival de ayer (típico vaquero americano) estaba hoy muy fino. Nuestro hotel tiene preparada para esta jornada una fiesta en la playa, con paella incluida, sin muchas cosas más que hacer nos dirigimos allí sobre las 11:30, cuando llegamos nos encontramos que la paella estaba ya casi lista, en el hotel no hay muchos españoles y desde luego las horas de comer no son las mismas. Actúa también un grupo cubano y los animadores sacan a la gente a bailar, nosotros practicamos un poquito de merengue y bachata, sobre las 12 y viendo que la paella se acababa nos tomamos unas tapas con poca hambre, no estaba mal. En el mar ondeaba hoy bandera roja por el fuerte oleaje así que no pudimos probar de nuevo las cálidas aguas del Caribe. Ya por la noche conocemos a los sevillanos, menuda panda, curiosamente también hay dos gemelos, como los de León de los primeros días, pero al contrario que estos, parecían la reencarnación del mismísimo diablo, que malos eran, ellos y sus compis, nos tomamos algunas copas antes que se marcharan a la discoteca Coco Bongo en Playa del Carmen. Más tarde en el bar frente al escenario conocemos a una pareja de portugueses con los que hablamos un rato y a un francés “fanático deportista” con él estamos hasta altas horas de la noche, lo curioso es que apenas sabe español ni nosotros francés pero aún así entablamos una entretenida y larga conversación.
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