30/03/2013
Con
las pilas cargadas, Sergio y May incluso refortalecidos en el gim del hotel,
nos disponemos a realizar hoy una visita turística a la ciudad. Tomamos un taxi
hasta el centro.
Empezamos nuestro recorrido junto
a la Mezquita de Koutoubia (cerca de la Plaza Jamaa el Fna), es una de las
mezquitas más grandes del mundo y su alminar sirvió de modelo para la Giralda
de Sevilla. Fue construida en 1147 y su sala de oraciones puede albergar a más
de 20.000 fieles. La entrada está prohibida a los no musulmanes, pero merece la
pena rodearla y pasear por sus jardines. La temperatura es totalmente veraniega
y a ratos buscamos la sombra para
guarecernos del sol.
Seguimos por las Tumbas saadies,
pequeño recinto que contiene las tumbas de la dinastía sadí. Destaca el
Mausoleo de Ahmed el Mansur, que es una obra maestra de la arquitectura
islámica con sus columnas de mármol de Carrara, su cúpula fabricada en madera
de cedro y ornamentada en pan de oro y sus azulejos vidriados.
Continuamos con el Palacio Badia,
donde en realidad solo quedan unas ruinas, paseamos por las que fueron amplias
dependencias y desde una segunda planta retratamos a algunas cigüeñas que tranquilamente permanecen en su
nido junto a un fondo de antenas parabólicas de los tejados vecinos.
Tras esto intentamos acercarnos
al Palacio Bahía que se encuentra próximo pero nos indican que cierran al medio
día y ya es tarde, decidimos perdernos en el barrio judío, laberinto de calles
estrechas con infinidad de comercios minoristas, un chico nos orienta un poco y
nos acerca hasta una tienda de venta de productos de cosmética , hierbas
medicinales y especias, el dueño es por su puesto amigo suyo, entramos en esta
minúscula “parafarmacia” y tomando un té nos dan una pequeña charla sobre las
propiedades de infinidad de productos, todos naturales, desde aquí tranquilamente
contemplamos el trajín bullicioso de la calle.
Después de alguna compra seguimos
callejeando hasta volver al espectáculo de la Plaza Jamaa el Fna, subimos a
nuestra atalaya, mirador de uno de los restaurantes, almorzamos y ya en primera
fila nos disponemos a contemplar el devenir de la multitud, auténtico
espectáculo de la vida, que curioso, nos transformamos en reporteros gráficos y
con nuestras cámaras de fotos y video queremos plasmar el más mínimo detalle de todo
lo que ocurre en la plaza, al final nada comparable con vivirlo en directo.
Por último decidimos acercarnos a
la Madraza de Ben Youssef, para llegar aquí debemos atravesar los zocos, en estos, agrupados por gremios, es difícil no caer en
la tentación del regateo y finalmente compramos algún que otro detalle. Cuando
llegamos a la Madraza lo hacemos tarde y ya habían cerrado, bueno, lo dejamos
pendiente para otra ocasión. Regresamos por el laberinto de callejuelas y
seguimos las indicaciones hasta desembocar en la Plaza Jamaa. Nos despedimos de
este bonito lugar y andando volvemos al hotel, no sin antes recargar los
depósitos con unos helados gigantescos.
1 comentario:
"Sergio y May incluso refortalecidos en el gim del hotel"...jajajajajajaja
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