martes, 7 de mayo de 2013

Maroc 2013-ON ROAD. 29 mar



29/03/2013

                Anoche caímos en la cuenta que hoy es viernes, los viernes son día de rezo para los musulmanes y cierran todas las instituciones, así que la visita a la Mezquita de Hassan II tendrá que esperar, bueno, os dejo no obstante algunos apuntes sacados de Wikipedia  que  despiertan  el deseo de visitarla en otra ocasión:
“La Mezquita Hassan II es el templo más alto del mundo (los láser del minarete de 200 m pueden ser vistos desde varios kilómetros), y el segundo más grande (después de la mezquita de La Meca. Cuenta con las últimas tecnologías como resistencia a terremotos, techo que se abre automáticamente, suelo con calefacción o puertas eléctricas. La designación de Casablanca como sitio de construcción fue decidida por el rey Hassan II, ya que, según sus palabras, la capital del poder económico debía de poseer un emblema que la distinguiera sobre las demás poblaciones del país. El exterior de la mezquita ocupa cerca de treinta mil metros cuadrados y puede albergar a unas 90.000 persona.
Fue diseñada por el arquitecto francés Michel Pinseau y los trabajos de construcción empezaron el 12 de julio de 1985 y fue inaugurada el 30 de agosto de 1993. En los trabajos de construcción trabajaron unas 2.500 personas y 10.000 artesanos marroquíes, quienes trabajaron con mármol, granito, madera, mosaicos, escayola... para elaborar los techos, suelos, columnas etc. El coste aproximado de la mezquita fue de unos 5494 millones de dirham (unos 504,85 millones de euros). La altura del minarete es de 172 metros.
Además de la mezquita de los viernes, el edificio tiene otras funciones (capaz de albergar hasta 100.000 creyentes: 80.000 en el patio y 25.000 en la sala de oraciones), el edificio dispone de: una madrasa (escuela coránica), salas de conferencia, hammams, bibliotecas especializadas y un aparcamiento subterráneo. Su situación (península artificial sobre el agua) se debe a que Hassan II se inspiró el siguiente versículo del Corán: "El trono de dios se hallaba sobre el agua"…”
                Nosotros decidimos visitarla aunque solo por fuera de camino hasta nuestro destino de hoy en Marrakech, salimos ya con todos los bártulos sobre la moto y bien pertrechados, nos detenemos unos minutos para hacer alguna foto y contemplar la majestuosidad de este edificio, realmente impresiona. 






            Tras la visita panorámica de la Mezquita no topamos con el caos circulatorio de Casablanca, la salida fue realmente penosa, hacía calor y apenas avanzábamos, creo que pusimos a prueba la mecánica de las motos por las altas temperaturas que debió coger el motor, después de casi una hora en recorrer apenas 5 Km conseguimos llegar a la autopista, vamos bien de tiempo y tranquilamente recorremos los 250 Km que nos separan de Marrakech. Almorzamos poco antes de llegar directamente y sin atasco  a nuestro pedazo de hotel “Ópera Plaza” en Marrakech. Este elegante y lujoso establecimiento está situado frente a la estación de trenes y el teatro real, a 3 km de la plaza de Yamaa El Fna y la medina.   




  

           Después de descansar un rato decidimos ir andando hasta el principal enclave turístico de Marrakech, la plaza de Yamaa El Fna. De grandes dimensiones y rodeada por todos los lados, menos por uno, por la medina repleta de zocos clasificados por su actividad principal. En los bordes hay un buen número de cafés y restaurantes de todas las categorías, que abren sus terrazas hacia el espectáculo que se forma en esta monumental escena. Todo en Marrakech gira en torno a Yamaa el Fna. Miles de personas se dan cita en este espacio público llenándolo de color, cultura y negocio. Contadores de cuentos, maestros exponiendo sus enseñanzas, encantadores de serpientes, danzantes, dentistas, vendedores de zumos de fruta, acróbatas, escritores de cartas, aguadores... un infinito número de actividades y personas que se juntan y van abarrotando la plaza y sus callejeas adyacentes según va llegando la noche. Los puestos de comida especializados llenan por la noche una parte de la plaza, que queda iluminada por cientos de lucecitas e inundada de humo con multitud de olores. Todo un espectáculo, tan solo por esto ya está más que justificada una visita a esta bonita ciudad. Volvemos en taxi después del obligatorio regateo. Mañana mas… 















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